La confiablidad de la Biblia y la Arqueología

POR: Dr. Donald T. Moore

Recientemente significantes descubrimientos arqueológicos bíblicos han aportado
más que cualquier otra disciplina a la interpretación y la conclusión de la confiabilidad histórica de la Biblia. Pero también la arqueología ha pasado por algunos momentos embarazosos. Por ejemplo, en 1929 durante una excavación en Mesopotamia el
arqueólogo británico Leonard Wooley anunció que había encontrado evidencia del diluvio. Pero no resultó así, porque después otros descubrieron sedimentos de inundaciones en otros sectores de esa zona. Otros arqueólogos han reclamado haber
encontrado la localidad del huerto de Edén, el arca del pacto y otros escubrimientos, pero reclamos como esos no deben ser confundidos con los hallazgos legítimos en muchos lugares del antiguo Cercano Oriente.

Según Walter C. Kaiser Jr., el propósito de la arqueología no es probar la Biblia, porque la certeza como forma de prueba sólo es accesible mediante las ciencias deductivas como la matemática y la lógica. Más bien el papel de la arqueología bíblica es triple: proveer materialese suplen el trasfondo que permite a los lectores interpretar la Biblia correctamente, establecer los sucesos del texto bíblico dentro de la historia y geografía de su época, y aumentar la confianza en la revelación de
Dios donde las verdades de las Escrituras chocan con los sucesos históricos.12

Durante un siglo o más, la ciencia de la arqueología ha fortalecido los argumentos por la confiabilidad de la Biblia, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Donde faltaba una evidencia externa para la Biblia respecto a los individuos, pueblos, lugares, costumbres oscuras, y escenarios históricos y políticos más evidencia ha sido
encontrada.

Hallazgos en cuanto a ciertos individuos

Desde hace años algunas escuelas de pensamiento han ridiculizado el texto bíblico de
Isaías 20:1 debido a su referencia a “Sargón, rey de Asiria.” Pensaban y alegaron que las excavaciones de Nínive habían revelado todos los nombres de los reyes de Asiria y no aparecía el nombre de Sargón. Por eso, concluyeron que la Biblia se equivocó. Sin embargo, en 1843 Paul Emile Botta descubrió un lugar al noreste de Nínive el cual fue excavado posteriormente por la Universidad de Chicago y se publicaron los datos durante los años 1930. Lo que ocurrió fue que Sargón había construido su propia ciudad capital allí en 717 a.C. No obstante, su hijo restableció la capital en Nínive, con el resultado queel nombre de Sargón. Hoy Sargón es uno de los mejor conocidos monarcas de Asiria.

Asimismo, la Biblia presenta al rey Belsasar como el último gobernante de Babilonia (Dan 5:1, 30), pero hasta 1929 a.C. la evidencia extrabíblica señalaba a Nabonido13 como el rey cuando cayó Babilonia en 539 a.C. Se resolvió este dilema cuando se descubrieron documentos que demostraron que Nabonido pasaba su tiempo en
Arabia, dejando así los negocios del reino por más o menos una década en manos de su hijo mayor Belsasar como corregente.

Los hallazgos de otros individuos bíblicos que confirman la confiabilidad de las Sagradas Escrituras incluyen a los siguientes: el rey Joaquín en Babilonia, Sanbalat el gobernador de Samaria junto con algunos adversarios de Nehemías como
Tobías el siervo amonita y Gesem el árabe (Neh 2:19). No son los únicos sino hay más y algunos de ellos son Balaam, David, Acab, Jehú, Ezequías y Menahem.

Hallazgos de pueblos cuestionados

Aunque muchos críticos cuestionaban que los heteos formaron una parte de la tierra de Canaán (Gn 10:15; Jos 1:4), el hallazgo en 1906 d.C. del Imperio de los heteos ayudó a aclarar la duda.. Hoy este hecho está muy bien documentado por veintenas
de tomos basados en las tabletas dejadas por esa civilización que se extendió desde Turquía.

Otro grupo misterioso fue los horeos que
eran los descendientes de Esaú de Edom (Gn 36:20;
Dt 2:12, 22). Pero recientemente en 1995 Giorgio
Buccellati descubrió la ciudad capital de los horeos
debajo de la ciudad moderna de Tell Mozán.

Hallazgos de sitios cuestionados

El libro Primero de Reyes 9:28 nos informa que el rey Salomón trajo 16 toneladas de oro de Ofir, lugar que por muchos años fue un misterio y aun se cuestionaba su existencia. Pero en 1956 se encontró una cerámica rota con una inscripción que hizo
referencia de un cargamento de “oro de 30 siclos de Ofir dirigido a Bet-Horón.” Con este hallazgo se constató su existencia en el mundo comercial y su comercio de oro. Se ha identificado a Ofir hoy como un puerto a más de 60 millas al norte de Mombai
(antes Bombai), India.

Otro ejemplo aparece en una lista de sitios cuestionada a lo largo de la ruta del Éxodo en el libro de Números 33. Pero Charles Krahmalkov descubrió tres antiguos mapas egipcios del camino desde el Arabá a las llanuras de Moab. Estaban escritos en los muros de Karnak durante el reino de Tutmosis III (c. 1504-1450 a.C.). Según esta lista, la ruta del sur al norte sigue exactamente el camino de los israelitas como aparece en Números 33 con cuatro estaciones en particular anotadas: Iyim, Dibón, Abarim y Jordán.

Otros hallazgos sensacionales14

Descubierto en Egipto en 1920, el “Papiro John Rylands” proveyó el fragmento más antiguo conocido hasta hoy de un manuscrito del Nuevo Testamento. Este pequeño pedazo del Evangelio de Juan (Jn 18:31-33, 37-38) fue fechado por papirólogos el año 125 d.C. Puesto que su hallazgo se dio muy al sur en Egipto, terminó el entonces
popular esfuerzo por fecharlo muy tarde en el segundo siglo más bien que aceptar la fecha tradicional de 85-90 d.C.15

Los Rollos del Mar Muerto, descubiertos en 1948 en varias cuevas de Qumrán, cerca del sector noroeste del Mar Muerto, han revelado unos 800 manuscritos de cada libro, o en parte o entero, del Antiguo Testamento excepto el libro de Ester.
Previamente, los textos hebreos más antiguos fechaban más o menos en el año 1000 d.C., pero, en general, los rollos de Qumrán datan más de mil años antiguos. Estos textos hebreos proveen evidencia de que mil años de copias nos proveyeron un texto
veterotestamentario sorprendentemente puro. Uno de los mejores ejemplos es el libro de Isaías donde únicamente tres palabras fueron modificadas ligeramente.

Por accidente en 1990 se descubrió un osario o caja para huesos durante el trabajo en el Bosque de la Paz de Jerusalén. Este “Osario de Caifás” perteneció al sumo sacerdote de 18-36 d.C. (para sus palabras cínicas ver Jn 11:49-53). Las
inscripciones, encontradas en dos lugares, leen: “Caifás” y “José, hijo de Caifás.” Flavio Josefo, el conocido historiador judío del primer siglo, proveyó el nombre completo: “José, llamado Caifás del alto sacerdocio.”

Otros hallazgos significativos fueron los Amuletos Ketef Hinnom descubiertos en 1979. G. Barkai los encontró con las inscripciones grabadasen letras en miniatura sobre dos talismanes de plata en un repositorio de la cueva para los entierros en el
cementerio Ketef Hinnom de Jerusalén. Son muy importantes para el estudio de la antigüedad del texto bíblico (ilustración en p. 524).16 Incluyeron los versículos más antiguos de los textos bíblicos conocidos hasta el presente. De hecho, los más
antiguos conocidos antes de estos hallazgos fueron los rollos del Mar Muerto, del Siglo I y II a.C. Estos amuletos tienen inscripciones de Números 6:24-26 y Deuteronomio 7:9 que cuadran perfectamente con el texto en hebreo. Uno de los textos es casi idéntico a Números 6:24-25, que comprende la bendición que
posteriormente se conoció como uno de las bendiciones sagradas judías, hoy conocida como la bendición sacerdotal. La parte central del texto es una versión abreviada de los dos versículos. El otro texto es una versión más corta de la misma
bendición. Los eruditos modernos de la crítica bíblica habían llamado el Código Sacerdotal, que ellos clasificaban y fechaban como el más reciente de las cuatro fuentes del Pentateuco.17 Estos amuletos son sorprendentes ya que contienen textos
antiguotestamentarios que escépticos argumentaron que no podían haberse escrito hasta los años 400 a.C. Estos hallazgos demuestran que, por lo menos, los judíos en Jerusalén conocieron bien esta bendición en particular y la usaron ampliamente antes de la destrucción del primer templo para 587/6 a.C.18

Otro hallazgo arqueológico que corrobora referencias bíblicas es una inscripción de Poncio Pilato. En 1961 se descubrió una inscripción con su nombre durante la excavación del teatro en Cesarea. La parte que se conserva dice: “Tiberio [de los
cesáreos?], Poncio Pilato, prefecto de Judea, [... ha dado ...].” Probablemente formaba parte de un edificio llamado el Tiberium, posiblemente un templo, dedicado al emperador Tiberio. Cuando cayó en desuso, esta piedra con la inscripción se usó
para reparar una escalera durante la remodelación de un teatro en el Siglo IV que había sido construido por Herodes el Grande. Unos excavadores italianos
descubrieron la inscripción en esa escalera la cual confirma datos bíblicos, porque Pilato llevó a cabo su juicio de Jesús en el pretorio, otro palacio, de Herodes en Jerusalén (Mt 27:27; Mc 15:16; Jn 18:28, 33; 19:9). La única mención adicional de
Pilato en el Nuevo Testamento (Lu 13:1) se refiere a unos galileos cuando ellos ofrecieron sus sacrificios.” Eso concuerda con lo que escriben los antiguos escritores judíos Josefo y Filón de Alejandría acerca de Pilato.19’

Hay muchos otros hallazgos que corroboran referencias bíblicas,20 pero aquí mencionaremos sólo uno más: el estanque de Siloé cuya excavación comenzó en 2004 d.C. El historiador Flavio Josefo lo mencionó por lo menos cuatro veces y también el estanque fue citado tres veces en la Biblia (Neh 3:15; Is 8:6; Jn 9:7). Su nombre hebreo quiere decir “enviado” y existe una especie de juego de palabras
porque Jesús envió al hombre que nació ciego al estanque para su sanidad. La importancia del estanque se debía principalmente a la necesidad de suplir agua potable a Jerusalén cuando estaba sitiada por sus enemigos. Aproximadamente en 275 d.C. la reina Elena mandó excavar lo que pensó que era el estanque de Siloé, pero en 2004 finalmente se descubrió el verdadero cuando unos trabajadores
estaban reparando un tubo, y hallaron las piedras enormes del estanque. Luego tres años más tarde se descubrió la escalera de asenso donde subían al templo y eso les ayudó a encontrar el lugar exacto para el Templo en el Monte del Templo en
Jerusalén. Este es otro hallazgo que corrobora múltiples citas bíblicas.

(www.bible.ca/archeology/bible-archeology-
pool-of-siloam.htm)

Concluimos, pues, que la arqueología bíblica ha iluminado y corroborado los Antiguo y Nuevo Testamentos de muchas maneras. Por eso, el lector de la Biblia encuentra en la arqueología un buen amigo para entender y verificar la Escritura. □


12 Walter C. Kaiser Jr. “How has Archaeology
Corroborated the Bible?” p. 1148 de The Apologetics
Study Bible. Este artículo ha sido de gran ayuda en este
estudio.\
13 Charles F. Pfeiffer (Ed.), Diccionario Biblico
Arqueológica, 1431.
14 Ver “Cristianos ante los hallazgos arqueológicos
sensacionales,” Doctrinas Sanas y Sectas Malsanas,
V:183-186 y 140-142 y 153-154.
15 En febrero de 2012, una alegación acerca de un nuevo
fragmento del Evangelio según San Marcos descubierto
en Egipto ha sido anunciado como “la porción más
antigua del Nuevo Testamento conocida” hasta hoy. Ver
Gordon Govier, “Sensation before Scholarship,”
Christianity Today, Vol 56, mayo de 2012, pág.. 12-13.
16 Amihai Mazar, Archaeology of the Land of the Bible
(New York: Doubleday, 1990), 516-517, 524. Ver
“Hallazgos arqueológicos que afianzan y corroboran la
interpretación bíblica,” SDySM, VII: 56-61, 65-70.
17 “Normas Claves de la Hermenéutica, parte 2,” SDySM,
VII: 230-233.
18 Amihai Mazar, Archaeology of the Land of the Bible
(New York: Doubleday, 1990), 516-517, 524. Ver
“Hallazgos arqueológicos que afianzan y corroboran la
interpretación bíblica,” SDySM, VII: 56-61, 65-70.
19 “Textos y artefactos antiguos: Poncio Pilato” Biblia de
Estudio NIV Arqueológica, 1758.
20 Ver “Hallazgos arqueológicos que afianzan y
corroboran la interpretación bíblica,” SDySM, VII: 56-61,
65-70; “Preguntas de la gente acerca de la arqueología
bíblica,” VII: 17-23